Hello world!.
Así empieza por defecto, cualquier blog. Una frase que suena a sistema operativo, pero también a declaración de nacimiento. Como si, al publicar, uno se asomara al mundo por primera vez.
No sé si mi primera palabra fue “mamá”, «perro», “bicicleta” o “luz”, pero estoy seguro de que, en algún rincón del lenguaje, mi infancia ya hablaba de viaje.
Hoy arranco esta bitácora con esa misma intención: la de salir al mundo.
No tengo un itinerario cerrado, ni un tema único. Viajo en bici, en tren, en colectivo, o a través de una imagen. A veces filmo. A veces escribo. A veces me pierdo. Y a veces, encuentro.
Este blog no será un diario de viaje tradicional. Tampoco una galería de obras terminadas. Será más bien un espacio para compartir procesos, miradas, errores felices, y esas pequeñas cosas que uno quiere guardar aunque no sepa bien por qué.
Quizás sea simplemente eso: un lugar donde respirar.
Bienvenidx a mi mundo. O al menos, a esta parte de él.
