Restauración de un metegol

Si bien no soy un fanático del fútbol, debo reconocer que toda la vida me divirtieron los «metegol» y hubiera sido un juguete muy apreciado para compartir con mis amigos. Pero claro, en mi época de niño/adolescente, un metegol era algo muy costoso y un tanto difícil de conseguir. 

Un día caminando por la calle, veo en la cima de un contenedor de basura, lo que evidentemente era un metegol para niños. Solo con una rápida observación, deduje que estaban todos los jugadores y que era totalmente posible de restaurar. ¡Sería un muy buen regalo para mi sobrino!. Además, los jugadores visten camiseta celeste como la del Club Atlético Belgrano, el equipo favorito de él.
No lo dude ni un instante y lo lleve a mi casa.

Apenas lo tuve, puse manos a la obra. 
Lo primero que noté es que las piezas plásticas de los arcos y laterales, estaban arruinados y resecos por el sol. Así que no perdí tiempo en tratar de salvarlos y se me ocurrió un manera mejor de armar la cancha. 

Una vez desarmado completamente, procedí a limpiar minuciosamente las partes que quedarían en la nueva «cancha» .

Algunas varillas que sujetan los jugadores estaban un poco dobladas, así que tuve que enderezarlas para que funcionen correctamente.
La parte del «pasto» de la cancha recibió humedad y estaba arruinada. Así que también decidí cambiarla, usando el original como plantilla.

De los arcos, decidí conservar el anotador de goles.

Fiel a mi estilo vintage y rústico, rescaté unos tirantes de pinotea que también encontré en la calle. Tenían varios clavos y la intemperie le dio una patina muy especial.

Después de sacar todos los clavos y lijar las astillas. Tome las medidas, realice los cortes y perforaciones, usando todas las piezas del metegol original. 

El pasto nuevo ya está pintado de verde con sus respectivas líneas blancas que demarcan el campo.

Los arcos también son de madera, pero guardan en su interior el plástico del metegol original, a los fines de conservar el contador de goles. 

Una vez barnizadas todas las maderas, se ensambló todo y se fueron realizando ajustes para que las varillas se deslicen correctamente.

Finalmente, el nuevo dueño hace sus pericias y le da el OK a su nueva máquina de hacer goles!

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